¿Quien es ella para herir mi orgullo?
¿Quien soy yo para irrumpir su calma?
Se precipita en nosotros
un alivio de a gotas
que como un hilo delinea
nuestras posiciones de combate
nuestras trincheras inundadas en sangre.
Municiones descargadas y corazones rotos
sentados nos miramos preguntándonos
¿Quienes somos? ¿Quienes somos?
Desconocidos de nuestras bestias
tomamos nuestra manos,
unimos nuestros destinos
Sin negar nuestra humanidad
imperfectamente clara; y tan clara
que al verla, ¡Nos parece desconocida!
Santino Rossi
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